Teníamos 14 y 15 años. Íbamos al mismo instituto, pero a diferentes clases. Nos conocimos en el aula de castigo y nos hicimos amigas en la biblioteca, a las dos nos gusta un buen libro, pero no nos adelantemos.
El primer día que nos vimos fue ese viernes por la tarde en el aula de castigo, como ya dije antes. Aita estaba allí por decirle a uno de sus profesores que si suspendía (sus notas eran realmente bajas) era por culpa de sus mierdas de explicaciones, él la echó de clase y ella se encadenó a una columna del pasillo para reivindicar su derecho a una enseñanza digna (así rezaba su cartel). Siempre fue igual de revolucionaria e idealista. El bedel cortó las cadenas con mucho esfuerzo porque el pasillo estaba lleno de alumnos que gritaban junto a Aitana consignas políticas inventadas sobre la marcha y le arrojaban sus almuerzos al bedel. El director la castigó el viernes por la tarde en el instituto.
Yo estaba castigada porque me pillaron fumándome un porro en el baño con uno de los mayores más macarras del instituto. Si, Aitana siempre fue revolucionaria y yo siempre elegí mal mis compañías además de ser una fumeta.
Estuvimos toda la tarde hablando, había unos cuantos pardillos más en la sala, pero nadie digno de mención. Nos caímos bien y enseguida quedamos para otro día. Nuestro rincón favorito era el fondo de la biblioteca, sobretodo en verano. Se estaba fresquito, nadie llegaba nunca hasta allí y podíamos fumar mientras estudiábamos o leíamos. También nos encantaba tirarnos en el césped mientras hacíamos pellas.
Mi sueño era ir a NY a estudiar cine, pero nunca conseguí aprobar ni un solo examen de acceso, mi inglés es tirando a cutre. Poco a poco nos hicimos inseparables. Siempre teníamos algo en la cabeza, hacer una peli, viajar de mochileras por el mundo, formar un grupo de música, irnos de casa a una casa okupa… al final nos decidimos por el grupo. Aitana empezó clases de guitarra y yo de bajo. Más tarde meteríamos en nuestros planes a Arcadia y a Roge.
Ni que decir tiene que aquel porro fue el mejor fumado de mi vida porque sin él no habría conocido nunca a una de mis mejores amigas, que con el tiempo, se ha convertido en una pedazo de mujer aunque por dentro sigue siendo la misma niña que se tumbaba en el césped a imaginar que sería de mayor.
Lo suyo sería decir eso de "Qué tiempos aquellos", pero viendo dónde estamos ahora...no, definitivamente no cambiaría nada desde ese porro y ese encadenamiento frustrado que nos juntó. Fue lo mejor de todo el instituto y una de las mejores cosas que me podía pasar en la vida. La otra fue que nos diera por aprender a tocar.
ResponderEliminarJo Elenin, muchas gracias por rescatar estas cosas. Además ¿Quién lo diría? Al final hasta llegamos a la Universidad...jijijiji.
que guapa es Kirsten Dunst
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