sábado, 8 de noviembre de 2008

Bienvenido Caligula

*Sentados en el césped conversan Aurelio y una chica de rasgos turcos*
-Maldita bruja, ¿No tenias otra cosa que hacer?
-No seas tonto y deja de quejarte, solo ha sido un pequeño tirón de pelos
-¿Un pequeño tirón dices?
-Eres un niño ñoño, ¿no has visto la cara que se le ha quedado a tu amiga? Ni ella se esperaba esa reacción por tres putos pelos, llorica *Le hace un corte de manga a Aurelio*
-Desde luego he visto tías gilipollas pero tu…
-Que tonto eres ricitos de oro.

*Siguen conversando y entablando una relación amor/odio entre insultos y sonrisas*


*Horas más tarde permanece reflexivo delante del espejo de su casa, entre estos y sobre el lavado se sitúa una maquinilla cortapelo, tras fumarse un pitillo relajándose Aurelio se decide a cogerla y se echa hacia atrás el flequillo mientras mira la maquinilla, tras exhalar un suspiro la enciende y la dirige hacia su cabellera*


-¡Aurelio te han traído un paquete! AHHH!! Un cerdo!!

-¿Un cerdo? *Se acerca curioso y mira al tapir correteando detrás de su asustada madre* ¿Pero que coño? ¡No mama no le pegues con la escoba! ¿Quién ha traído eso?

-Un señor muy amable, parecía guiri, también me dio esta nota, ¡llévate a ese maldito bicho de aquí!

*Mientras su madre se mantiene alerta desde lo alto de una silla Aurelio tras leer la nota y romperla mete al tapir en una mochila y sale a dar una vuelta con una enorme sonrisa en la cara*

¡Adiós mama, volveré tarde!

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